Entre muchos atributos que se les debe exigir a los gobernantes, sean locales o nacionales, está el de escuchar al pueblo. Y después de escuchar hay que ser capaz de analizar y reflexionar sobre lo escuchado. A veces este ejercicio puede hacer ver las cosas de diferente manera de como se veían en un principio. En cambio, en La Llagosta, no tenemos la suerte de contar con este tipo de gobernantes. El equipo de gobierno se obstina a no escuchar a los comerciantes en la toma de decisión de las fiestas locales. Año tras año repiten el mismo error, colocando la fiesta local de Festa Major en el peor día para el comercio local perjudicando la actividad económica local. Desde ICV-EUiA les pedimos encarecidamente en un pleno que se reunieran con ellos y la respuesta fue tan tajante como negativa. Esperemos que en el futuro sepan cambiar alguna vez de opinión, aunque sigan sin escuchar...
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